miércoles, 30 de noviembre de 2011


Bueno como veo que no os animáis a contarnos vuestra historia especial con la moto, empezaré yo. Cuando tenía trece o catorce años mi padre decidió enseñarme a conducir una moto (después de hacerme muy pesada), mi padre cogío una suzuki 750cc para enseñarme, recuerdo que iba yo delante sin hacer pie, y el detrás sujetando la moto y a mí, todos pensaréis y porqué no empezar con una scooter a gas si...n marchas, pues no, mi padre decidió que caballo grande ande o no ande. Me he criado entre motos y gasolina, pero eso no me sirvió para poner la moto en marcha a la primera, y menos sin que se calara, pero al final lo conseguí y recorrí unos metros con la moto temblando y con el manillar sin poder mantenerlo en línea recta, pero la sensación de conducir una moto tan grande, aunque llevará a mi padre detrás haciendo fuerza, no tiene precio y ese recuerdo no pudo, ni puede, ni podrá superar a todas las grandes azañas o grandes porrazos que he tenido y tendré, fue como cuando aprendí a ir en bici, un recuerdo para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario